PINTURA ACRÍLICA SOBRE TABLERO DE MELAMINA. 36X90 cm.
Siempre hubo gente con clase y clases de gente, al igual que siempre hubo un orden social basado en el reparto desigual de la información y los bienes. En este caso podemos ver en la cúspide al noble, representado con el peruke o peluca de los jueces, el símbolo del estatus entre la aristocracia del siglo XVI y que hoy en día se conserva en algún que otro país, su espada lo atraviesa todo, incluso el busto, ya convertido en hueso de una figura obispal, que sigue teniendo la llave al paraíso. El juez de lo moral también impone su yugo, decidiendo quien es merecedor de la vida más allá de la muerte. Por último, la espada que atraviesa todo el sistema, se pierde en la oscuridad de la boca del burgués, ultimo apoyo de esta pirámide que todo lo controla. Por supuesto nada de esto se mantendría sin la base del esfuerzo bruto y la falta de conocimiento, representado en el esclavo, que he querido simbolizar con la flor, el estado más simple de la belleza y de la vida.